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"La bruja y el malo" (madrastra/padrastro)

El tema de ser madre sustituta o madrastra es un tópico importante y un tanto complicado para los pequeños, muchos niños se niegan a aceptar esta figura ante el sentimiento de traición a los padres biológicos.

La imagen de los padrastros y, sobre todo, de las madrastras, suele estar unida a connotaciones negativas y, a menudo, estereotipadas. ( véase los cuentos y la televisión.)

 

Veamos los cuentos Blanca nieves, Cenicienta entre otros, ponen a un papel de maldad a esta figura. O bien que su llegara fomentara más la desunión familiar, que los mandaran a un orfanato y por demás pensamientos.

Todo esto nos lleva con frecuencia a que los menores les vean como usurpadores del puesto que ocupan su padre o madre biológicos y relacionan a esta nueva figura con una fuente de problemas y competencia. Son muchos los pequeños que se niegan a quererlos porque sienten que al mostrarles afecto traicionan a sus progenitores. Además, la aceptación se complica cuando la llegada de esa figura se produce tras la muerte del padre o de la madre. La clave, es darles ese tiempo necesario para adaptarse a esta nueva integrante y descubrir que esta nueva persona no es un nuevo padre o madre, sino un miembro más de la familia que ayudará a reconstruirla y formar un hogar.

Escoger vivir con un hombre que tiene hijos de una primera relación, también significa correr el riesgo de verse rechazada por sus hijos. Por supuesto, la madrastra de antes no tiene nada que ver con la de las familias modernas.

 

Si te encuentras en esta situación y no sabes cómo abordarlo, checa lo siguiente, espero te resulte útil.

 

No siempre es fácil entenderse bien con los hijos de tu nueva pareja.

 

¿Cómo encontrar tu sitio y hacer que te acepten?

Escoger como pareja a una persona que tiene hijos de una primera relación, en ocasiones es complicado, cabe señalar que la madrastra (o el padrastro) de antes no tiene nada que ver con la de las familias modernas. Pero, a pesar de todo, estos llegan y trastorna una especie de equilibrio del niño y, sobre todo, acaba con el sueño secreto de que los padres vuelvan a estar juntos.

 

Lo que podemos sugerir es lo siguiente:

 

• Acepta a sus hijos: tú no has deseado ni educado al hijo de tu compañero. Recuerda que para el niño el recuerdo de su madre (padre) representa mucho. Por lo tanto, tienes que tener las cosas claras desde el principio: ¡ella (el) es del pasado y tú eres el presente! En cuanto a dicha relación, es conveniente que, antes de toda confrontación, te familiarices con la idea de que sin duda él (ella) y tú van a cohabitar en un mismo techo.

 

• ¡No sustituyas a su madre (padre)!: en ningún caso la madrastra (padrastro) debe desempeñar el papel de la madre. Acuérdate de que estás en su punto de mira, de que para él eres el o la intrusa (o) y, por lo tanto, le has “robado” el sitio de la cama conyugal a su progenitor. Entonces, no juegues a ser la segunda madre ni la súper amiga... Concéntrate en tu papel de compañera, a la vez comprensiva, tolerante y con quien se puede hablar de forma agradable. Por otra parte, la situación es igual para tu pareja si tú tienes hijos.

 

• Muéstrate abierta (o) y tolerante: como este niño no es tuyo, puede que tu compañero(a) te lo haya descrito de un modo idealizado.es decir, muy distante a como los demás ven dicha relación filial. Esfuérzate e intenta acercarte a él. Y si el niño se muestra desconfiado e incluso agresivo, procura como puedas permanecer tranquila (o), y piensa que el pequeño, tras la separación de sus padres (aunque haga mucho tiempo), está profundamente afectado(a).

 

• Hazte respetar con suavidad: si se trata de concederle tu atención a este(a) pequeño(a), también se trata de que te respete. En la adolescencia, a veces es más conflictivo. La solución: esfuérzate por ser discreta y evita críticas y otras reflexiones desatentas. En cambio, aprende a permanecer firme si sientes que te habla mal o te falta al respeto. Y en caso de conflicto, pídele también a tu pareja que intervenga.

 

• Aprende a manejar el tema del padre o madre: la autoridad no tiene que venir por tu parte, sino por parte de los progenitores. Por otra parte, debes saber que aunque la madre o el padre no está presente físicamente, está muy presente en la mente del niño. Y a veces, inconscientemente hará todo lo que puede para recobrar su afecto. Lo ideal es, por supuesto, que tú muestres, a pesar de todo, un cierto respeto a la madre (padre) y que las relaciones con tu pareja sean cordiales- al menos delante de él-. El niño verá que hay un diálogo entre los adultos y que tiene derecho a apreciarte.

 

• Lo siguiente es en el caso si ya cuentas con hijos, Reserva tiempo para tus hijos:, también es importante que pienses en reservar tiempo para pasarlo con tus hijos. Lo tienes que hacer de manera que no se sientan dejados de lado y para que se integren lo mejor posible en el seno de esta nueva familia. Como coloquialmente se dice, veamos por los tuyos, los míos y los nuestros, según sea el caso.

 

Como una observación final. No restándole su importancia, ante de tomar decisiones de integrar a una nueva persona al núcleo familiar es importante que, ya se le haya hablado al niño(a) de ti antes de empezar una vida en común, presentándote como la nueva mujer u hombre que quiere y con la que desea vivir. También se trata de precisar que esto no va a cambiar el amor que siente por él. Promover la convivencia, facilitando las relaciones entre tú, el niño y tu pareja, y moderar los posibles conflictos.

Sin embargo algo negativo que hay que poner bien en claro es, algunas posturas que manejan algunas parejas, donde el compañero se maneja al margen, haciendo comentarios, como que los problemas son únicamente entre el niño y tú y que lo mejor es no meterse en medio. El secreto del éxito es integrarte bien al principio y mantenerlo así luego. 

 

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