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Acumuladores

Al hablar de Acumuladores , nos viene la mente, talvez un programa de cable, que ciertamente aborda dicha temática, quienes lo hayan visto, entenderán aún mejor este síndrome .

Iniciaremos definiendolo y sus características, para que nos quede más claro.

 

El síndrome de acaparador compulsivo, también conocido como Síndrome de Acumulación Compulsiva, Trastorno por Acumulación o Disposofobia. Es un trastorno psicológico caracterizado por la tendencia a la acumulación de artículos u objetos (implicando la incapacidad para deshacerse de ellos) en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas, incluso si los objetos no tiene valor,( ó atribuirles un gran valor emocional para su vida, aunque son objetos que la mayoría consideraría como basura.)si son peligrosos o insalubres. Este acaparamiento compulsivo puede afectar la movilidad en la vivienda e interfiere con las actividades básicas, como cocinar, limpiar, reposo, dormir y el uso de instalaciones sanitarias.

 

La presencia de este trastorno se estima del orden del 2 al 5% en adultos, Este puede iniciarse a cualquier edad, aunque es más probable que empiece entre los veinte y los treinta años.

 

Por ejemplo, un acaparador compulsivo del primer tipo podría mostrar unos cubiertos ordinarios afirmando que son de plata y nácar, sin importarle el hecho de que el empaque claramente indica que son hechos de acero y plástico.

 

Un acaparador compulsivo de segundo tipo puede tener un refrigerador lleno con comida cuya fecha de caducidad fue superada hace varios meses, pero el paciente se resiste a cualquier intento de sus familiares a tirarla a la basura. En otros casos el paciente podría reconocer la necesidad de limpiar el refrigerador, pero debido a su trastorno el hacerlo le llevaría a experimentar un agobio intolerable, lo mismo que con el resto de los objetos en su vivienda.

 

Un acaparador compulsivo del tercer tipo con frecuencia colecciona como pasatiempo favorito. Sus "colecciones" consisten en juguetes, mapas de carreteras obsoletos, ropas, herramientas oxidadas, máquinas u electrónicos descompuestos, etc.

 

Como no es sencillo llenar la casa de objetos, las personas que lo sufren compran, roban, piden a otras personas que les regalen objetos o los recogen de la calle. El criterio para decidir qué objetos se quedan es creer que les pueden ser de alguna utilidad en el futuro.

 

Otros trastornos por acumulación

Aparte de este trastorno, hay otros que forman parte de la recolección patológica, como la conducta acumuladora estereotipada, el síndrome de Noé( acaparamiento de animales ) y el síndrome de Diógenes.( descuido personal y social) La conducta acumuladora estereotipada se inicia después de un problema neurológico (como un tumor cerebral). La persona que lo sufre muestra una conducta estereotipada y repetitiva. Es el caso de un paciente, que llegó a almacenar más de 5.000 balas de juguete en unos dos años. Por otra parte, el afectado por el síndrome de Noé hace acopio de animales domésticos, comida y objetos que cree que le pueden ser útiles en su cuidado, aunque en realidad no atiende correctamente sus necesidades básicas.

 

Se debe diferenciar el trastorno por acumulación del síndrome de Díogenes, La diferencia fundamental es que las personas que sufren síndrome de Diógenes no tiran los objetos. Amontonan toda clase de residuos que se generan en su casa: restos de comida, ropa que habría que desechar, objetos rotos,etc.

Descuidan de manera alarmante su higiene personal y tienen tendencia a aislarse socialmente (algo que no ocurre en el trastorno por acumulación). Tampoco tienen conciencia de su trastorno y, por tanto, no entienden las quejas de sus vecinos. A menudo, tienen problemas en su comunidad porque estos acostumbran a llamar a las fuerzas de seguridad o los servicios sociales por culpa del mal olor. Este síndrome se desarrolla con más frecuencia en personas de la tercera edad o al mismo tiempo que una demencia.

 

Conducta acumuladora normal

A muchas personas les encanta coleccionar sellos, monedas, llaveros, calendarios de fútbol o latas de cerveza. Los expertos denominan a este fenómeno "conducta acumuladora normal" o "del coleccionista". Por tanto, no es una conducta patológica. Se inicia a menudo en la infancia y los objetos que se coleccionan tienen cierto valor, son intercambiables con otros coleccionistas y se guardan de una forma ordenada.

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