Lic Esperanza Sifuentes
Psicóloga Clínica UANL
El duelo
El duelo es la reacción emocional y natural ante la pérdida de un ser u objeto amado, la cual es irreparable e irreversible. El duelo es la expresión de la aflicción y otros sentimientos que se generan a raíz de la desesperanza.
Es un sentimiento de indefensión absoluta, de ruptura, de percepción de una completa falta de control ante un hecho que supone un cambio importante y brutal para la persona y en el que la pérdida vivida o esperada se traduce en una multiplicidad de amenazas en un futuro incierto
El estado de pérdida de algo querido va acompañado de desamparo y dolor moral, que puede acarrear una verdadera reacción depresiva y que requiere de un trabajo intrapsíquico para ser superado. Dependiendo de la intensidad de la relación con el objeto de pérdida podremos experimentar desde un sentimiento transitorio o de tristeza, hasta una desolación completa que puede persistir en el tiempo volviéndose crónica, y en este último caso hablaríamos de un duelo mal elaborado con matices patológicos.
La pérdida de objeto representa un gran trauma emocional que nos hace especialmente vulnerables a padecer una enfermedad física y trastornos mentales. Con la pérdida el mundo se vuelve pobre y vacío, así como también trastoca el deseo.
Hay diversos factores que pueden influir en el curso de la elaboración del duelo como puede ser la personalidad, el vínculo de relación, el tipo de perdida, los antecedentes personales y las características del entorno.
Ante la pérdida, la reacción normal es con frecuencia un síndrome depresivo típico donde el estado de ánimo es bajo, aparición de los sentimientos de culpa, aparición de las ideas de muerte, pérdida de peso, insomnio, abandono de actividades socio-laborales, etc. El duelo no patológico considera estos síntomas como “normales”, en cambio se considera que hay indicios de duelo patológico cuando estos síntomas (aquellos que perturban el bienestar y adaptación del sujeto) persisten por un tiempo prolongado. Aunque el tiempo de adaptación a la pérdida será diferente en función de cada sujeto, por lo que no es posible aplicar un límite cronológico.
Desde el punto de vista clínico, el duelo neurótico es el duelo habitual, convirtiéndose en patológico cuando existen dificultades persistentes para poder retirar las catexias (descargas de energía psíquica) del objeto perdido y ponerlas en otros, ello se observa claramente en el proceso psicoterapéutico.
La tristeza, durante el duelo patológico, es igual o mayor que en el proceso normal pero se agrega la insistencia de pesadillas y sueños de contenido traumático cuyo sentido manifiesto tiene referencia permanente a lo perdido; la persistencia de autorreproches muestra el fracaso de la elaboración del proceso de duelo.
Es decir, que en el duelo patológico, la actividad emocional es exagerada y por un tiempo más largo (mayor a un año de la pérdida) que en el duelo normal, sin lograr la elaboración de las etapas impidiendo la incorporación de nuevos fines, relaciones e intereses y con recuerdos "intrusos", tanto diurnos como durante los sueños, que provocan reacciones de estrés (insomnio, hormigueo, ansiedad, llanto, etc
DUELO EN RUPTURA DE RELACIÓN
El proceso de duelo puede durar entre seis meses y años, en general, dependiendo de muchos factores que pueden influenciar.
La ruptura en una relación de pareja, puede ser una de las experiencias más dolorosas para una persona, después de la muerte de un ser querido. La separación es una experiencia emocionalmente traumática y es necesario que cada una de las partes involucradas, pase por un proceso de duelo.
Por supuesto, cada ruptura es diferente y las circunstancias que la rodean también. En el impacto inicial del duelo influyen muchos factores; no es lo mismo, tomar la decisión conjunta de separarse tras años de convivencia cuando la relación está muy deteriorada, que si se trata de una decisión unilateral y repentina por parte de uno de los miembros, o si existen terceras personas involucradas, de por medio.
Tampoco lo vive de la misma manera el que toma la iniciativa (la parte activa) ya que, en cierto modo, ha ido asumiendo gradualmente su nueva situación, que el otro miembro (la parte pasiva), al que le puede coger totalmente desprevenido. Esto no quiere decir, que el que toma la decisión vaya a sufrir menos, sino que el impacto inicial no va a ser el mismo.
Tipo de pérdidas
Pérdidas relacionales: Separaciones y/o divorcios, abandonos, muerte de personas cercanas, rupturas familiares o de amistades, abortos, etc. La mayoría de duelos se encuentran dentro de esta tipología.
Pérdidas de capacidades: Las que tienen que ver con perder capacidades físicas y/o mentales para enfermedades.
Pérdidas materiales: Pérdidas de objetos o posesiones.
Pérdidas evolutivas: Las propias de los cambios de etapa, por ejemplo la vejez, la jubilación, la crisis de los cuarenta, etc.
Consejos para superar el duelo
Si estás en un proceso de duelo, te pueden interesar estos indicadores para que te sea más fácil ir superándolo poco a poco.
*Acepta el proceso de duelo: el duelo es un proceso necesario cuando sufrimos una pérdida. Debes intentar superarlo poco a poco, pero mientras estés en el proceso no te culpes por estar triste, decaído, o por no tener fuerzas.
*Acepta tus sentimientos: no todo el mundo siente tristeza ante una pérdida. Puede ser que te sientas enfadado, ansioso o que te parezca que no estás tan triste como deberías. No hay un manual que explique cómo se vive el duelo. Acepta los sentimientos que sobrevengan y no te juzgues.
*Comunica lo que sientes: la pena compartida es menos. No sientas vergüenza o miedo al qué dirán. Comunica lo que sientes, los pensamientos que te pasan por la cabeza, con una persona de confianza que te pueda comprender y apoyar. En caso de tener hijos, no les escondas tu dolor. Tengan la edad que tengan será un buen aprendizaje emocional para ellos ver que su madre o su padre son capaces de mostrar sus sentimientos sin temor ni vergüenza.
*Llora: el llanto tiene un efecto analgésico que provoca esa sensación de liberación que nos inunda después de derramar las lágrimas. No te impidas llorar, el llanto es la expresión de la tristeza y reprimirlo sólo te provocará más ansiedad, tristeza e irritabilidad.
*Rodéate de gente: quizás no te apetezca ahora mismo, pero haz un esfuerzo e intenta no estar solo mucho tiempo seguido. Explícales a tus amigos o familiares cómo te sientes y pídeles que te hagan compañía en casa hasta que estés preparado para empezar a salir de nuevo.
*Evita sobre ocuparte: una estrategia que lleva a cabo mucha gente en proceso de duelo es intentar superarlo a través de múltiples actividades encadenadas. Sin tiempo para pensar, reflexionar y aceptar los sentimientos, el proceso de duelo se alargará mucho más y corre el riesgo de quedarse enquistado.
*No te deshagas de los objetos que te recuerdan al motivo del duelo. Aunque resulte una opción tentadora, si lo haces, además de estar huyendo del problema, más adelante te arrepentirás. Esa persona y esos objetos son parte de tu historia. Y solo por el hecho de “ deshacerte” de los objetos, no te desharás de los sentimientos.
*Cuídate: aunque no tengas ganas de hacerlo. Intenta mantener una rutina de cuidados personales que incluyan la higiene tanto como la actividad física ligera. No es necesario ir a un gimnasio, simplemente levántate y camina por casa, activa tus músculos haz algunos pequeños ejercicios de estiramiento. No te olvides de cuidar también tu alimentación, si estamos bien alimentados somos más capaces de sobreponernos al dolor.
*Tómate tu tiempo: no tengas prisa, no te presiones. No hay una fecha límite para finalizar el duelo. Poco a poco te irás sintiendo mejor.
*Busca un grupo de apoyo: los grupos de apoyo están normalmente formados por personas que están pasando por diferentes situaciones de duelo. En ellos se habla sobre los sentimientos y las emociones y permiten normalizarlos en un contexto concreto.
Etapas Principales del duelo
1.-Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida. A pesar de que sabemos que la relación ha terminado, ( o haya fallecido) realmente no lo creemos .Pese a que todo indique lo contrario, no podemos dejar de fantasear con que las cosas de alguna manera se resolverán y vemos hilos de esperanza ocultos en las señales claras en donde se supone todo se acabó. Además, estamos más susceptibles a enviar mensajes de texto por la noche o en su defecto Muchas personas no quieren ver que la pérdida existe y buscan consuelo imaginándose que su familiar está de vacaciones, en el trabajo, la escuela, pero que regresará.
2. Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de euforia por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad. El enojo puede manifestarse de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, La persona que perdió al ser amado está furiosa con todo lo que tenga relación con la pérdida: Dios, los doctores, la enfermedad, el accidente, etc. Se pregunta: ¿por qué me pasó a mí? ¿qué hice para merecer esto?" en el caso del término de una relación ira hacia el ex (‘¿Cómo pudo hacerme esto a mí?’ ‘¿Por qué no puede dejar de ser tan egoísta?’”), ira contra Dios o el universo (“¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Tengo una maldición?”), ira hacia personas o situaciones asociadas a la ruptura (contra otra mujer, la pérdida de su trabajo, los cambios), e ira contra personas que no están de acuerdo contigo (“¿Puedes creer que ellos todavía quieren ser amigos de él después de lo que me hizo?”)
Se cree que es una buena idea decirle a todo el mundo lo imbécil o mala persona que era nuestro ex. o la persona que se alejó o falleció También creemos que es importante enviar mensajes de correo electrónico haciéndole reproches, para que “no se salga con la suya”.
3. Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda. La negociación regularmente va de la mano con la negación. En esta etapa se puede buscar alguna posible manera de hacer que la relación funcione por medio de negociaciones, chantajes o incluso “magia”. En este punto, si cree en un poder superior, es frecuente que pida sanar su alma a cambio de buena voluntad. Intenta negociar con Dios el regreso de la persona amada. Al ya haber fallecido, en otro caso, decirle al ex que cambiarás o que irás a terapia para subsanar el problema de carácter que tenías, o decirle que está haciendo daño a los niños o a su familia, alejándose.
Pero no todos negocian directamente con el ex, otros, prometiéndose a sí mismos que serán mejores personas si vuelven con el ex, hacen mandas u otros acuerdos similares. Durante esta etapa, es común que las personas se interesen en la astrología o las cartas del tarot. También se recurre a amigos y familiares para que lo hagan “entrar en razón”.
4. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo. Durante esta etapa es normal sentirse cansado, querer desconectarse de la gente, estar solo, llorar y pensar mucho, tener problemas para dormir o dormir demasiado, perder el apetito o comer en exceso, aumentar el consumo de drogas o alcohol, y experimentar sentimientos de desesperanza.
Esta última sensación es la más penetrante y debilitante, porque nos lleva a pensar que nada volverá a ser igual, que nunca seremos felices, que no saldremos adelante y nada estará bien en el futuro.
5. Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar. No siempre viene de repente, sino que generalmente ocurre de manera gradual, poco a poco, intercalada con alguna de las otras fases. La aceptación no siempre implica armonía más bien tiene que ver con dejar ir de la relación y salir adelante lentamente. A veces se siente como si esta fase nunca vendrá, indicando que si eso ocurre es porque estás luchando aún con alguna etapa anterior.
En el caso de que los síntomas no cesaran después de los períodos de tiempo anteriormente citados y provocaran problemas al afectado/a para desenvolverse en su vida rutinaria, es de vital importancia acudir cuanto antes a buscar la ayuda de un profesional, ya que la persona afectada puede estar sufriendo un episodio de depresión crónico, lo que implicaría un duelo patológico. No siempre se cumplen todas la etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.